El drama de l@s menores refugiados: buscan huir de la pobreza, ajen@s al covid19

Actualidade
24 Novembro 2020

La pandemia de coronavirus también hace mella en los campos de refugiados y casas de acogida, pero la prioridad de l@s más vulnerables es labrarse un futuro lejos de la miseria y subestiman cualquier miedo al virus.

El covid-19 no frena las expectativas de futuro de cient@s de menores y refugiad@s que, si ven una oportunidad en medio de la catástrofe, se aferran a ella. Buscan un hogar, salir de la marginación, escapar de la miseria y huir de la violencia.

"Viven alejados de la pandemia y no son conscientes de todos los problemas por los que han pasado, ni la situación en la que están. No dejan de ser niños y quieren jugar y tener una infancia", cuenta David, un voluntario de una ONG en la ciudad de Salónica, en Grecia.

Esta ONG da cobertura a miles de niños y adolescentes que logran escapar de la miseria de sus entornos y de situaciones familiares complicadas. Lleva varias casas de acogida por todo el continente europeo y opera especialmente en Grecia. Les proporciona un hogar, comida, atención especial y afectiva, y les estimulan para estudiar o formarse de cara a un futuro laboral.  

"Las historias son increíblemente crueles"

La mayoría de los menores migrantes provienen de países de Europa del Este como Bulgaria, Rumanía o Grecia, de países africanos como Somalia o Nigeria y de Irán, Siria o Afganistán. Aunque las historias varían, todas son muy duras: menores abandonad@s sin identidad, niñas obligadas a ejercer la prostitución, casos de familias desestructuradas, abusos, violaciones, extorsiones, etc.

"No hay un denominador común para todos los que recibimos, pero la mayoría llegan porque les quitan las custodias a los padres, y otros simplemente huyen de sus países para buscar nuevas oportunidades", explica David, que asegura que vienen a estas casas de acogida porque "no tienen otro sitio a dónde ir y hasta que se regulen sus papeles, aquí les ofrecemos protección".

El "día a día" de los refugiados

Los menores migrantes llegan a las casas de acogida tras agotadores viajes y todas las trabas del mundo por las administraciones de sus países de origen y en algunos casos de las propias familias.  Una vez que son recogidos por esta/s ONG, y son alojados en las diferentes casas de acogida, se encuentran con el afecto y la atención de los voluntarios que, a pesar del  COVID-19, intentan mantener todas sus actividades.

Sin embargo, solo pueden permanecer en estas casas varios meses, ya que son lugares de paso y el cometido de esta/s ONG es regularizar las situaciones legales de los migrantes y prepararlos para volar del nido a labrarse un futuro por su cuenta.

Las trabas con las que tropiezan

Los permisos de residencia tardan en ser concedidos, así como el estatus de refugiados en muchos de los casos. Hay muchos casos de menores que, a pesar de llevar años en casas de acogida, siguen sin papeles  al llegar a la mayoría de edad y tienen que abandonar estos hogares.

La política migratoria es todavía un reto pendiente para los gobiernos y la Unión Europea. Las cuotas de asilo tampoco se cumplen en todos los países y los trámites administrativos para regularizar a estos menores son un tormento.

 

Fuentes: Cadena ser, Sandra Fernandez Perez