Alternativas a los CIE, alternativas a la detención

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Actualidade
15 Abril 2020

Según el último Informe de las Naciones Unidas sobre Migración Internacional, el 3,3% de la población mundial, es decir, unos 250 millones de personas, son migrantes. Este informe también muestra que la migración se está “acelerando” y proyecta unos 405 millones de migrantes internacionales para 2050.

Actualmente, muchos Estados ya están experimentando serias dificultades para atender y dar una respuesta adecuada a las llegadas de personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes.

El derecho internacional es muy claro y establece que la detención migratoria solo se debe  utilizar como último recurso y, teniendo en cuenta este contexto de crecimiento en los movimientos migratorios, los Estados, necesitan pensar y poner en marcha alternativas a la detención; es decir, alternativas a los CIE, que permitan a las personas vivir en comunidad, sin ser privadas de su libertad, mientras participan en sus procedimientos migratorios o de asilo.

¿A  qué llamamos “alternativas a la detención”?

Llamamos “alternativas” a las leyes, a las políticas o a las prácticas, formales o informales, por las cuales ninguna persona pueda ser detenida por motivos relacionados con su situación migratoria.

Estas “alternativas” tienen que incluir al menos un doble enfoque:

  1. por un lado, que respeten los derechos a la libertad, seguridad y dignidad de las personas migrantes,
  2. por otro lado, que aporten/permitan a los Estados una opción de gestión migratoria responsable.

La IDC, International Detention Coalition, ha llevado a cabo un programa de investigación para identificar y concretar alternativas a la detención migratoria que respeten los derechos humanos. Después de 5 años de trabajo ha identificado más de 250 ejemplos de alternativas en más de 60 países.

Estas alternativas pueden ser aplicadas en la mayoría de los casos y la detención rara vez es necesaria al trabajar con personas solicitantes de asilo, refugiadas y migrantes. Las opciones varían, desde el alojamiento abierto en la comunidad con requisitos mínimos para grupos de bajo riesgo, hasta la gestión de casos y supervisión intensiva para las poblaciones de mayor preocupación, como los extranjeros que enfrentan la deportación después de terminar una pena de prisión.

Además, estas “alternativas” aportan una buena lista de beneficios que han sido reconocidos por académicos, organismos de las Naciones Unidas, profesionales y muchos Estados alrededor del mundo. Estos beneficios incluyen:

  • Las alternativas son más humanas, más respetuosas con los derechos de las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes

Las medidas alternativas, sin privación de la libertad, basadas en el entorno comunitario incrementan las posibilidades de que se respeten otros derechos fundamentales: civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, contribuyendo al bienestar y autosuficiencia de las personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes.

Permite que estos individuos contribuyan completamente a la sociedad si se les asegura una residencia y también les permite enfrentar de una mejor forma futuras dificultades, tales como la posibilidad de retorno.

  • Las alternativas son efectivas, logran resultados en la resolución de casos

Las alternativas han demostrado lograr tasas de comparecencia de hasta 95% y tasas de retorno voluntario e independiente de hasta 65% para los casos rechazados.

  • Las alternativas son más económicas

Las alternativas son hasta 80% menos costosas que la detención, debido a sus menores costos de operación. También eliminan costosas demandas judiciales y de indemnización.

Muchas ONG, por ejemplo el SJME (Servicio Jesuita a MIgrantes), están añadiendo ya este enfoque a sus líneas de trabajo habitual. Así, además de las visitas de seguimiento y control a los CIE (Centros de Internamiento/Detención de Extrajeros) y a sus programas de ayuda humanitaría a las personas migrantes retenidas, incluyen actividades de incidencia: preparación de informes de análisis y recomendaciones para los gobiernos y recogida de firmas entre la ciudadanía.

La Coalición Internacional contra la Detención (IDC por sus siglas en inglés) es una red global integrada por más de 400 organizaciones no gubernamentales, grupos religiosos, académicos, profesionales y personas que trabajan en 90 países de todo el mundo. Las actividades que desarrollan son diversas y van desde investigación, capacitación, incidencia, defensa, monitoreo y hasta la prestación de servicios directos en favor de los derechos de las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas.

Fuentes: IDC, International  Detention center, Informe de Naciones Unidas, etc