Informe de la Red Ignaciana Global - GIAN de Migraciones

Actualidad
08 Septiembre 2021

Compartimos el Informe de la Red Ignaciana Global de las Migraciones (GIAN Migraciones), titulado "Conectados en la globalidad de la migración y la hospitalidad".

Compartimos un mundo y una historia en movimiento. Hay tanta diversidad en ellos como países, como fronteras, como personas. Sin embargo, identificamos rasgos comunes en el contexto migratorio, reforzados en estos tiempos marcados por la pandemia global de la COVID- 19. La pandemia no ha detenido al mundo, situaciones como la de Afganistán o el terremoto de Haití explican muy claramente la estrecha conexión entre las causas de la injusticia y la migración forzada.

A la luz de estos elementos comunes del contexto, planteamos algunas alertas y recomendaciones generales que creemos que deben guiar nuestro apostolado de la migración forzada en la Compañía de Jesús, como se nos pide en las Preferencias Apostólicas Universales, y en los llamados del Papa Francisco para acoger, promover, proteger e integrar a las personas migrantes. No se trata solo de migrantes, sino de la humanidad entera, por eso, nuestra misión debe ser una misión para todos, con un horizonte de reconciliación y justicia desde caminos de hospitalidad.

“La hospitalidad es un modo concreto de no privarse de este desafío y de este don que es el encuentro con la humanidad más allá del propio grupo. Aquellas personas percibían que todos los valores que podían cultivar debían estar acompañados por esta capacidad de trascenderse en una apertura a los otros”. Papa Francisco. Fratelli Tutti (n. 90).

Rasgos comunes del contexto de las migraciones forzadas y recomendaciones generales
1. Cada flujo migratorio contiene mil caras de la migración (Causas múltiples de la migración)

Los conflictos armados, la violencia generalizada, las violaciones de derechos humanos, la inseguridad económica, la pobreza y la desigualdad, un modelo económico injusto, el cambio climático y los daños ocasionados a la Casa Común, de los que somos responsables, se identifican como las principales causas de la migración.

Cada vez es más es común encontrar que en una misma persona convergen varias razones o causas para migrar. Por ello, entendemos que la migración es forzada cuando en los países de origen no es posible continuar un proyecto de vida personal o familiar y migrar (internamente o fuera de ellos) es la única y última opción para vivir dignamente.

RECOMENDACIONES:

  • Entender y analizar las causas complejas, motor de la migración forzada, para dar una respuesta integral a la realidad de las personas migrantes, desplazadas y refugiadas.
  • Planificar estrategias de intervención para afrontar las causas de la migración.
  • Incidir en políticas migratorias adecuadas que aborden la migración integralmente y con un enfoque diferencial.
  • Desarrollar mejores prácticas que respondan a los flujos, como organizaciones de la Compañía de Jesús caminando con ellas y ellos.

2. Flujos complejos y dinámicos en mayor precariedad

Los flujos nos muestran una migración cada vez más precarizada, criminalizada y deshumanizada. Se observan desde migraciones individuales a masivas en fenómenos como las caravanas centroamericanas intentando llegar a Estados Unidos, o los “caminantes” venezolanos y africanos, quienes ante la imposibilidad material y económica deciden realizar su tránsito a pie. Antes de cruzar las fronteras internacionales sufren el desplazamiento forzado interno y se exponen a situaciones de riesgo contra su integridad.

Los mares se han convertido en cementerios de migrantes, y las fronteras son muros infranqueables que generan esperas en nuevos campamentos incompatibles con la dignidad humana.

RECOMENDACIONES:

  • Dar respuestas integrales de acción humanitaria e integración.
  • Acompañar a las personas migrantes forzadas no sólo en lugares de expulsión y acogida, sino también durante el tránsito.
  • Revisar y actualizar los perfiles de personas migrantes expuestas a mayores riesgos y darles prioridad en nuestra intervención.

3. Políticas migratorias restrictivas que significan muerte

Por un lado, el cierre de las fronteras para contener la pandemia y, por otro, las políticas de externalización de las fronteras, como se observa desde la Unión Europea y desde Estados Unidos, han obligado a las personas migrantes a tomar rutas cada vez más inseguras y peligrosas. Las políticas migratorias restrictivas tienen mayores efectos humanitarios negativos.

Además de las políticas migratorias, las políticas de confinamiento por el COVID-19 han afectado a las personas migrantes. Por ejemplo, en India hubo una migración interna masiva de diez millones de trabajadores migrantes que recorrieron incluso 2000 km para llegar a sus hogares.

Los decisores políticos deben tomar consciencia de que su acción política conlleva, en demasiadas ocasiones, no solo violaciones diversas de los derechos humanos, sino también la muerte de aquellos que huyen buscando protección y derechos.

RECOMENDACIONES:

  • Urgir reformas políticas acordes a la realidad migratoria.
  • Insistir en el fortalecimiento de los sistemas de asilo. Lo que ocurre en las fronteras merece especial atención, particularmente para quienes buscan protección internacional y no pueden solicitarla.

4. COVID-19 y Migración forzada

Al menos hay dos aproximaciones comunes a todos los territorios. En primer lugar, la COVID 19 ha incrementado las desigualdades existentes, de modo que, quienes habitaban esas periferias de desigualdad, como las personas migrantes forzadas, han sufrido con mayor fuerza los impactos negativos de la pandemia. En este sentido, la COVID-19 ha aumentado la vulnerabilidad de los migrantes por dificultades para acceder a los sistemas de salud, a la educación y por la pérdida de medios de vida. Una segunda aproximación es el reconocimiento de cómo muchas personas migrantes han hecho parte del grupo de trabajadores esenciales para garantizar el cuidado y el abastecimiento de nuestras sociedades, especialmente en las ciudades, durante los periodos de restricción y aislamiento, y esto se ha dado, incluso, sin garantías de sus propios derechos.

RECOMENDACIONES:

  • Abrir espacios a la participación de las personas migrantes en el desarrollo de los planes de recuperación y salida, como un mínimo exigible, en esa construcción colectiva de una “nueva normalidad” (que, definitivamente debe ser, diferente de aquella de la que venimos). Aprendamos de ellos y con ellos.
  • Seguir las recomendaciones de la Red Global Ignaciana de Migraciones (GIAN Migraciones) para atender la emergencia en los distintos contextos.
  • Impulsar el llamado de la Compañía de Jesús solicitando justicia en la asignación global de las vacunas del COVID-19.

5. La Hospitalidad como respuesta

Ante las políticas restrictivas, la discriminación y la criminalización de los migrantes, la acogida debe basarse en la hospitalidad para facilitar la integración de los migrantes. La hospitalidad renueva nuestras comunidades e instituciones, ayudándonos a crecer en compromiso y generosidad. La hospitalidad abre nuevos caminos de revitalización de la acogida y de la vida en común como un signo de anuncio del Evangelio. Se presenta como una invitación a crecer en solidaridad y también como una bocanada de aire fresco dentro de la Iglesia.

RECOMENDACIONES:

  • La hospitalidad propone políticas justas con una base de humanidad compartida. En la experiencia como Iglesia, en el Pueblo de Dios, encontramos auténticas resistencias proféticas con forma de Hospitalidad Popular. Ante el crecimiento de la xenofobia empujada desde falsos miedos, centremos nuestra mirada en la inmensa cantidad de brazos abiertos al otro y a la otra, al extranjero, al diferente, al que llega y al que se va. No basta la construcción de propuestas humanitarias o de integración técnicamente bien definidas, nuestra propuesta de acogida debe tener una base de valor añadido.

Conclusiones

La realidad de la migración, el desplazamiento interno y el refugio, conectada a unas causas estructurales injustas, nos presentan un verdadero reto de colaboración, somos conscientes de que solas y solos no podemos. Al interno de la Compañía de Jesús debemos estimular las redes y plataformas apostólicas, con la implicación de todos nuestros sectores y apoyados en la colaboración por la misión como estrategia. En la Iglesia, debemos sumar con humildad y generosidad, a la llamada a la sinodalidad que lidera el Papa Francisco. En la sociedad, buscar aquellas alianzas que nos ayuden a una mayor transformación. Y en las tres esferas propiciar la centralidad de las personas migrantes forzadas.

Caminar juntos es una propuesta que parece sencilla, pero que es radical y necesaria para alimentar nuestra esperanza en un futuro distinto, de derechos humanos, fraternidad y sororidad, justicia y reconciliación, siempre por caminos de hospitalidad.

Para acceder al Informe completo, haz click aquí

La Red Ignaciana Global de las Migraciones (GIAN Migraciones) es una red global de las organizaciones y centros sociales jesuitas que acompañan a refugiados, migrantes forzados y desplazados internos a través de la atención humanitaria y espiritual, la defensa de sus derechos de los migrantes, y promoción de una cultura de la hospitalidad, en respuesta a las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús.
Ver más: https://www.sjesjesuits.global/networks/migration/

 

Fuentes: Jesuitas.lat, SJES, V. Mendez Vigo