«Hace falta valentía para dejar atrás una forma de vida que es insostenible», por Fernando Valladares

Actualidad
27 Diciembre 2022

Estamos viendo que los informes científicos no son suficientes, los acuerdos que firman los países no se terminan de cumplir, así que el activismo, las acciones y el tono de las movilizaciones tienen que ir subiendo

Fernando Valladares, biólogo, investigador del CSIC y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, se ha convertido en un incansable divulgador sobre la emergencia climática, muy comprometido con la defensa de los derechos humanos y la preservación del planeta.

La entrevista que publicamos, a continuación, se ha extraido de la web noticiasobreras.es. Su autor es Jose Luis Palacios.

  • Las movilizaciones en defensa del clima están subiendo de tono, ¿a qué se debe?, ¿a qué se enfrentan los jóvenes científicos que optan por esta vía?

Hay movilizaciones de muchos ámbitos de la sociedad. No hay que poner el énfasis solamente en el sector de los científicos. Son los datos científicos los que están detrás y por eso muchos científicos pensamos que tenemos que hablar. Los científicos nos organizamos como podemos y sacamos tiempo de donde no lo tenemos. Estas acciones son imprescindibles, porque estamos viendo que los informes científicos no son suficientes, los acuerdos que firman los países no se terminan de cumplir, así que el activismo, las acciones y el tono de las movilizaciones tienen que ir subiendo. Los jóvenes se enfrentan a sí mismos, porque la mayoría de ellos no son violentos, haciendo actos que no van con su naturaleza. Sobrepasan algunos marcos de la legalidad vigente y se enfrentan a penas de cárcel, a multas, algunas de ellas muy onerosas, y a la crítica y al desprestigio social, lo que limita sus posibilidades laborales en el futuro. Tenemos que quitarnos el sombrero y no creo que haya más opción que aprobarlo, te puedan gustar más o menos los modos y las formas, puedas estar más o menos de acuerdo.

¿Cómo valora el resultado de la COP 27 de Egipto?

El balance global es decepcionante. Los logros no equilibran los fracasos. Los países ricos aún no han entregado los 100 000 millones de dólares anuales que prometieron y que en la COP 26 de Glasgow parecían inminentes. Lo más decepcionante es precisamente la implementación de lo que el propio G20, en esos mismos días de la COP 27, había acordado: «Aumentar urgentemente la ambición de mitigación y adaptación», centrándose también en la financiación de pérdidas y daños. Los países no llegaron a un acuerdo para la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles. Y no lo hicieron porque el tema apenas estuvo en la mesa, como otro de los más inquietantes: los subsidios a los combustibles fósiles por parte de los Estados. Se hace referencia al escenario de 1,5 ºC planteado en la COP 21 de París, pero no se mencionan las vías ni los planes para alcanzarlo. Los 636 grupos de presión de los combustibles fósiles y los directores generales de BP, Shell, Total y Occidental siguen afianzando su influencia en este proceso.

Algunos logros han sido el reconocimiento de la necesaria reforma del sistema financiero internacional para hacerlo más justo. París acogerá una cumbre sobre este tema en junio de 2023. Las empresas tendrán que responder a las nuevas normas de las Naciones Unidas. Hubo mención y acuerdos sobre energías limpias, con avances mensurables. Las energías renovables son ahora más baratas que las fósiles en dos tercios del mundo.

Al margen de la cumbre se cerró un acuerdo de 20.000 millones de dólares para la transición del carbón en Indonesia, y se prevén acuerdos similares para Vietnam y, potencialmente, Senegal. Mientras tanto, los riesgos de litigio están aumentando rápidamente para los Gobiernos y las empresas que no cumplen con el Acuerdo de París.

Fuentes: Web Noticias Obreras; Jose Luis Palacios