La atmósfera sigue sin notar la reducción de las emisiones de CO2 por la Covid-19

las restricciones por la pandemia han resultado en una reducción del CO2 del 8% según IKT
Actualitat
22 Setembre 2020

Los expertos creen que se necesitarían décadas con la misma tendencia para percibir un cambio.

A pesar de las restricciones de la vida social durante la pandemia de Covid-19 y las reducciones estimadas de las emisiones y la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, aún no ha habido grandes cambios.

Las mediciones recientes de los investigadores/as del Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) publicadas en 'Remote Sensing' así lo revelan.

La pandemia ha cambiado tanto nuestro trabajo como nuestra vida privada. Las personas trabajan cada vez más desde casa, tienen videoconferencias en lugar de viajes de negocios y pasan sus vacaciones en su país de origen. El menor volumen de tráfico también reduce las emisiones de CO2. Se estiman reducciones de hasta un ocho por ciento para 2020.

Sin embargo, a pesar de las emisiones reducidas, los trabajos y las mediciones (*) de estos/as investigadores/as muestran que la concentración de CO2 en la atmósfera aún no ha disminuido y que para reducir la concentración de CO2 en la atmósfera a largo plazo, las restricciones impuestas durante la pandemia de la corona tendrían que continuar durante décadas; incluso así, sería insuficiente.

De acuerdo a sus análisis (*), el resultado de las restricciones de la pandemia ha derivado en una reducción de CO2 del ocho por ciento y para alcanzar cero emisiones en las próximas décadas, todos los años se necesitarían reducciones similares y acumulativas; es decir, 16 por ciento en 2021, 24 por ciento en 2022, y así sucesivamente. Para conseguir esto, se deberían tomar medidas políticas para iniciar directamente cambios tecnológicos fundamentales en los sectores de energía y transporte.

Según los/as investigadores/as, la larga vida del CO2 y las altas concentraciones de fondo que se han acumulado desde el inicio de la industrialización impiden que se detecten los cambios en la atmósfera. También los impactos naturales dificultan la detección temprana: las emisiones derivadas de las acticciones humanas, la principal causa del aumento a largo plazo del CO2 atmosférico, se superponen con las fluctuaciones anuales de la tasa de crecimiento debido a las variabilidades climáticas naturales de los sumideros oceánicos y la vegetación terrestre. Por lo tanto, la reducción de emisiones exitosa es difícil de detectar mediante mediciones atmosféricas.

Nota: En esta plataforma, la organización Ecojesuit abrió una recogida de firmas con motivo de la COP25 para, entre otros motivos, apoyar las movilizaciones por el cambio climático en septiembre y en diciembre de 2019. Esta causa aún está viva y es posible participar aquí.

(*) Para probar esto, los investigadores/as estudiaron adicionalmente un escenario a largo plazo que se puede controlar bien con mediciones atmosféricas: el objetivo del Acuerdo Climático de París de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius solo se puede alcanzar mediante una reducción significativa inmediata de las emisiones de CO2.

Fuentes: El Levante, EP